Hola Brides-to-be.
En Frida Enamorada creemos que cada historia merece ser contada con el corazón en la mano… y cuando encontramos videógrafos que lo hacen con tanta sensibilidad y arte como Baeri Weddings, sabemos que estamos ante algo muy especial.
Con un estilo cinematográfico, honesto y profundamente humano, Baeri no solo captura imágenes: guarda emociones, miradas, risas nerviosas y silencios que dicen todo. Son testigos silenciosos de momentos únicos y los convierten en recuerdos eternos.
Si sueñas con un video de boda que te haga llorar (de emoción) una y otra vez, este blog es para ti.
Platícanos un poco sobre ti y tu vida actual.
Somos un estudio conformado por 8 personas apasionadas por el arte de contar historias. Creemos en el amor como la historia más bella jamás contada. Somos narradores visuales, soñadores que capturan la esencia de cada amor, transformando momentos efímeros, en recuerdos eternos. Somos la unión entre la nostalgia y la modernidad, entre lo espontáneo y lo atemporal. Cada historia es única, y en cada imagen, buscamos inmortalizar la esencia de quienes se aman.
Cuéntanos qué hay detrás de tu proyecto, ¿cómo surgió?
Baeri nació desde el amor. Desde el deseo profundo de construir, juntas, un espacio donde el amor —en todas sus formas— pudiera ser visto, honrado y documentado con sensibilidad. Soñábamos con crear un estudio que hablara de lo que nosotras mismas vivíamos: una historia compartida, auténtica, que merecía ser contada con belleza y verdad. El nombre BAERI surge de la unión de nuestros apellidos —BAEz y RIvera—, una fusión que simboliza no solo nuestra identidad, sino también la intención de crear algo propio, con alma. Lo lanzamos en 2013, mientras aún estudiábamos y trabajábamos en San Diego, CA, impulsadas por la pasión y la certeza de que el amor merece ser narrado con mirada honesta, poética y profundamente humana. Nuestro arte es un reflejo de las emociones más genuinas: las risas compartidas, las miradas que lo dicen todo, la promesa silenciosa de un “para siempre”.
¿Qué te inspiró a enfocar tu amor por el video en la industria de las bodas?
La posibilidad de capturar el instante en que el amor se vuelve eterno. En ningún otro contexto la emoción es tan palpable, tan genuina. Nos conmueve la idea de traducir miradas, silencios y gestos en una narrativa visual que perdure en el tiempo. Las bodas no solo son eventos: son promesas, memorias en construcción, pequeños universos llenos de significado. Ser testigos y narradores de esos momentos, con sensibilidad y estética, es lo que da propósito a nuestro oficio.
¿Cómo definirías tu estilo de video de bodas?
Somos la unión entre la nostalgia y la modernidad, entre lo espontáneo y lo atemporal, una fusión entre lo documental y lo editorial, con una mirada profundamente emocional y romántica. Nos enfocamos en contar historias reales, con una narrativa visual que honra tanto la belleza estética como la autenticidad del momento. Nuestro trabajo no es solo registrar una boda, sino narrar una historia de amor con sensibilidad, intención y elegancia atemporal.
¿De dónde buscas inspiración para mantenerte al tanto de las tendencias en la industria de la boda y manejar distintos estilos para las parejas que te buscan?
Más allá de las tendencias, nos mantenemos al tanto de la evolución de la industria, no para imitar, sino para entender qué busca esta nueva generación de parejas: historias más reales, estilos más íntimos, lenguajes más honestos. Me gusta absorber referencias de distintas culturas visuales y adaptarlas con libertad, sensibilidad y respeto a la esencia de cada pareja. Porque al final, cada historia merece un tratamiento único, como si fuera una película hecha solo para ellos.
¿Por qué consideras que es importante tener documentado en video una boda?
Porque el video no solo registra lo que pasó, sino cómo se sintió. Una boda está hecha de momentos efímeros: una mirada que dura segundos. El video tiene el poder de traer de vuelta no solo las imágenes, sino la atmósfera, las voces, el movimiento… todo aquello que la memoria sola no puede sostener. Es regalarse la posibilidad de volver a ese día una y otra vez, con los sentidos abiertos. Es una forma de preservar el amor no como un recuerdo estático, sino como una historia en movimiento que sigue tocando el corazón con el paso de los años.





¿Cuál es el mayor desafío al realizar un video de boda?
Encontrar el equilibrio entre la precisión técnica y la sensibilidad emocional. Todo sucede una sola vez, sin repeticiones ni segundas tomas, y en medio de ese ritmo, hay que tener la capacidad de observar con atención, anticipar emociones y capturar lo invisible: las miradas sutiles, los gestos espontáneos, la energía que flota en el aire. Cada pareja es única, con su propio lenguaje, historia y sensibilidad. El reto está en crear una pieza que no solo sea bella, sino profundamente personal, que refleje quiénes son, sin fórmulas ni moldes repetidos. Para nosotros, eso implica estar presente con todos los sentidos, entender el ritmo emocional del día y, al mismo tiempo, manejar la luz, el sonido y la narrativa con precisión. Es una danza constante entre el arte, la intuición y la técnica.
¿Qué es lo que más disfrutas de documentar en video un día de boda?
Ser testigos de lo genuino. Hay una energía muy especial en el aire: nervios, amor contenido, alegría desbordada. Nos conmueve poder entrar en ese espacio íntimo, donde las emociones están a flor de piel, y capturar lo que muchas veces pasa desapercibido: una mano temblando, una sonrisa que se escapa, una lágrima que no se esperaba. Nos gusta narrar no solo lo que se ve, sino lo que se siente. Crear una pieza que no sea solo una memoria visual, sino una experiencia sensorial y emocional. Disfrutamos traducir el amor de cada pareja en un lenguaje cinematográfico único, con ritmo, intención y belleza. Y sobre todo, nos llena saber que lo que construimos será atesorado por años.
¿Qué consejo le darías a las parejas a la hora de buscar un videógrafx de bodas?
Sabemos que este momento no se repite, y por eso el video no es solo un recuerdo: es la forma en que revivirán ese día una y otra vez. Mis consejos son: Ve más allá del estilo visual: Cada videógrafo tiene una forma de contar historias. No se trata solo de tomas bonitas, sino de cómo capturamos las emociones. Conecten con la persona detrás de la cámara: La confianza y la conexión personal importan mucho. Ese día estaremos muy cerca de ustedes. Asegúrense de sentir que los escuchan, los entiende y los hace sentir cómodos. Pregunten por el proceso: ¿Cómo trabaja? ¿Cuántas personas del equipo irán? ¿Cuándo y cómo se entrega el material? Como servicio profesional debemos darles claridad desde el primer día. Nunca se queden con dudas.
Cuéntanos la experiencia más satisfactoria que te has llevado al trabajar como videógrafx de bodas.
Lo más satisfactorio de ser videógrafos de bodas es recibir el testimonio de que, a través de nuestro trabajo, las parejas pueden revivir con toda intensidad las emociones de su día. Saber que nuestro labor trasciende el registro para convertirse en un puente hacia la memoria, la emoción y el amor, me confirma el verdadero propósito de lo que hacemos.
Las historias de amor más bellas merecen ser contadas con el alma, y eso es justo lo que hace Baeri Weddings en cada uno de sus videos: capturar lo invisible, lo auténtico, lo que se siente más que lo que se ve.
Si estás buscando a alguien que entienda tu esencia, que conecte con tu historia y que transforme tu boda en una película para volver a vivirla mil veces… no lo pienses más.
Visita su perfil en nuestra sección de proveedores recomendados y síguelos en redes para descubrir más de su trabajo lleno de sensibilidad, luz y verdad.
Tu historia merece un lente como el de Baeri
¡Nos vemos pronto xoxo!