La boda de Paulina y Daniel fue una celebración única, cargada de magia, amor y tradiciones que marcaron un día inolvidable en la hermosa ciudad de Oaxaca. Este destino, reconocido por su rica cultura donde lo ancestral se mezcla armoniosamente con la modernidad, fue el escenario perfecto para unir a esta pareja tan especial. Paulina, una novia mexicana llena de alegría y espontaneidad, y Daniel, un estadounidense que abrazó con entusiasmo las costumbres locales, compartieron una ceremonia espiritual que tocó profundamente el corazón de todos los asistentes.
Desde los primeros momentos, la emoción era palpable. Justo antes de caminar hacia el altar, Paulina sorprendió a todos con un salto inesperado de felicidad, una reacción auténtica y encantadora que reflejaba no solo su personalidad vivaz, sino también la intensidad del amor que sentía. La boda fue un fiel reflejo de la complicidad y la historia de esta pareja; una hermosa fusión de dos mundos que se unieron en una celebración llena de detalles que hicieron de ese día algo realmente especial.
La celebración continuó con una animada calenda que recorrió las pintorescas calles del centro histórico de Oaxaca. En este momento, se sorprendió a los novios con la aparición de unos gigantes —monos de calenda— que, además de ser una exhibición tradicional, tenían un sorprendente parecido físico con Paulina y Daniel. Estos personajes animaron a los invitados y dieron inicio a la fiesta con un shot de mezcal, una muestra auténtica del espíritu oaxaqueño y una invitación a disfrutar al máximo el resto de la celebración.
En resumen, la boda de Paulina y Daniel fue una mezcla perfecta de cultura, amor y diversión que mostró la belleza de unir dos universos en una ceremonia llena de significado y alegría, dejando momentos grabados para siempre en la memoria de todos.
Fue una noche mágica y llena de cultura, cuidadosamente diseñada por su wedding planner Lucy Ferreira con una temática de noche estrellada. Estrellas de hojalata típicas de Oaxaca iluminaron el espacio junto con velas hechas a mano y esferas disco que crearon una atmósfera de ensueño. En las mesas, elementos de barro negro y detalles artesanales reflejaron la riqueza cultural de la región. Cada invitado recibió un alebrije personalizado como indicador de mesa, fusionando arte y funcionalidad. Fue una celebración auténtica, donde el amor y la tradición se entrelazaron en cada detalle.
“Es dificilísimo escoger el mejor momento del día por qué hubieron tantos momentos especiales como el ver a mi pareja por primera ves a solas antes de la ceremonia, el desayunar chilaquiles con todas mi amigas mientras nos arreglaban, el hacer un first look con mi papá y el bailar con mi mamá y mi hermano a “Mamma Mia” antes de abrir pista.
Pero creo que el momento más memorable fue la calenda con toda nuestra gente. La energía fue impresionante. Nadie dejó de bailar ni de brincar la hora completa que hicimos la trayectoria de la ceremonia a la recepción. Y bueno, Daniel y yo no podíamos más de felicidad”, nos comparte Paulina.
“Si pudiera dar un consejo a futuros novios, aparte de lo obvio que es enfocarse el uno al otro y no separarse durante el día, sería acordarse que los invitados son el pueblo que los ha apoyado. Involucren a su gente durante el día. En la calenda, invítenlos a bailar con ustedes, si hay invitados que están a punto de casarse o a punto de ser papás, manden tarjetitas felicitándolos a sus mesas. Son las cositas pequeñas que reconozcan lo importante que es que los acompañen en su día”.
-Paulina
Detalles
Wedding Planner: Lucy Ferreira @lucyweddingplanner / Fotografía y Video: Adventure Studio @adventure_ps / Venue: La Fábrica Patio